Detrás de Louis Vuitton se encuentra un joven que, a los 16 años, llegó a París para convertirse en fabricante de baúles. Originario del Jura, donde nació en 1821 en Anchay, Louis Vuitton decidió a los 13 años atravesar Francia a pie desde su provincia natal para unirse al aprendizaje de un tal Monsieur Maréchal en 1837. Ese mismo año, el tren de vapor, inventado a principios de siglo, se equipó en Francia con su primera línea reservada a los pasajeros, conectando París con Saint-Germain-en-Laye. Este avance hace que viajar sea mucho más fácil y es una buena noticia para los fabricantes de equipaje, ya que los viajeros necesitan más que nunca equipaje, baúles y maletas resistentes para proteger sus pertenencias durante sus excursiones. De hecho, la historia de Louis Vuitton está intrínsecamente ligada a los viajes , algo que la casa se complace en destacar, en particular en 2017, con una exposición itinerante sobre este tema.
En 1854, Louis Vuitton abrió su primer taller, a dos pasos de la Place Vendôme , en el número 4 de la rue Neuve-des-Capucines, donde entabló amistad con Charles Frederick Worth, a quien se atribuye la creación de la alta costura. Fue luego en Asnières donde el artesano se instaló con veinte empleados. Tuvo la idea de inventar un baúl en un material recubierto impermeable, lona Gris Trianon, con forma rectangular y plana, fácil de apilar. Fue un verdadero éxito, que seguramente se inspiró en su papel como fabricante de baúles y empaquetador de la emperatriz Eugenia.
Con la apertura de tiendas en el extranjero (Londres, Nueva York, California) ya en 1885, las falsificaciones de Louis Vuitton empezaron a generalizarse. El artesano imaginó entonces con su hijo Georges Vuitton un motivo beige y marrón, el Damier, que desde entonces se hizo famoso. Presentada durante la misma Exposición Universal que la Torre Eiffel, en 1889, fue uno de los éxitos de la casa. En 1892, Louis Vuitton murió y Georges le sucedió al frente del floreciente negocio familiar. Cuatro años más tarde, el heredero introdujo un nuevo estampado, el famoso Monogram Louis Vuitton, compuesto por flores de cuatro pétalos, las mismas que se encontraban en los azulejos de barro de la cocina familiar. Mezclado con las iniciales LV, en homenaje a su padre, el motivo se convierte en el logotipo de Louis Vuitton. Una vez más, un éxito que se ha convertido en una firma de la casa, presente en ropa, bolsos e incluso zapatos y que en ocasiones se reinventa, como con el nuevo Monograma denominado “Since 1854”.