Provins, un cuento medieval a las puertas de París

A menos de dos horas de París, descubrimos Provins, una ciudad medieval que parece sacada de un cuento. Paseamos por sus murallas, subimos a la torre y disfrutamos del ambiente tranquilo de sus calles empedradas. Ideal para una escapada en familia, entre historia, risas y paisajes que enamoran.

Si te encantan la historia y los paseos con encanto, Provins te va a enamorar. Es un pueblito medieval que parece detenido en el tiempo: sus murallas, torres y calles empedradas conservan la magia de hace ocho siglos. Aquí es fácil imaginar a los caballeros, comerciantes y príncipes que alguna vez caminaron por estos mismos rincones.

Una ciudad antigua, llena de historia & encanto

En el siglo XII, Provins era una de las ciudades más prósperas del reino de Francia. Situada en el corazón de una gran ruta comercial, a medio camino entre Italia y los ricos países flamencos, se convirtió en un punto de encuentro para comerciantes de toda Europa. Las célebres ferias de Provins, llenas de vida y color, atraían a mercaderes, artesanos y viajeros que llegaban de todas partes.

Este esplendor fue posible gracias a la visión del conde Thibaud de Champaña, quien impulsó la paz y el desarrollo económico en toda la región. Sus imponentes construcciones militares aún se alzan como testigos de aquella época dorada, mientras que las antiguas casas y calles empedradas conservan el espíritu de una ciudad vibrante y llena de historia.

Hoy, caminar por Provins es viajar en el tiempo, dejarse envolver por el pasado y sentir cómo la historia cobra vida en cada rincón.

El burbujeante secreto de Provins

Incluso para los parisinos más acostumbrados a los encantos de la capital, llegar a Provins es toda una sorpresa. A solo 70 kilómetros de París, en los límites del departamento de Aube, este pequeño pueblo parece sacado de otro tiempo. Bastan menos de diez minutos a pie desde la estación para dejar atrás el bullicio urbano y sumergirse en un paisaje de campos infinitos y calles llenas de historia, donde el tiempo avanza con calma.

La parte baja de Provins conserva preciosas huellas de su pasado: casas de piedra, fachadas con entramado de madera y ese aire auténtico que enamora al visitante. Pero es al subir hacia la ciudad alta, fácilmente accesible a pie, donde el encanto alcanza su punto máximo.

Empieza el recorrido por la Rue Saint-Thibault, pasando frente al antiguo Hôtel-Dieu, fundado en el siglo XII. En su época, este lugar acogía a los comerciantes agotados tras largas jornadas de viaje, pero también a los más necesitados. Gracias a la generosidad de los Condes de Champaña, la caridad tenía aquí un rostro muy humano. Justo en la entrada, las galerías subterráneas te invitan a descender al corazón de la historia… y a disfrutar de un agradable respiro fresco en verano.

Siguiendo por la Rue Saint-Thibault, aparecen las antiguas tiendas y talleres de artesanos que daban vida a esta calle en la Edad Media. Entre ellas destaca la casa natal del conde Philippe de Champaigne, fácilmente reconocible por su elegante arquitectura.

El paseo culmina en la Place du Châtel, antiguo centro de la vida local. Aquí, entre ferias, mercados y pregones, se escribía el día a día del siglo XII. Frente a la Cruz de los Cambios, los heraldos proclamaban las noticias del condado de Champaña y del reino de Francia, mientras los vecinos se reunían para comentar los rumores y compartir historias. Hoy, este lugar sigue teniendo la magia de los espacios donde la historia parece cobrar vida.

Fortalezas, torres & templos que cuentan historias

Gracias a su enorme riqueza, los poderosos condes de Champaña —que reinaron durante los siglos XII y XIII— pudieron levantar monumentos grandiosos que aún hoy asombran. Entre ellos destaca la imponente Torre César, símbolo de poder y defensa, que domina toda la campiña champañesa. En tiempos medievales fue prisión y torre de vigilancia, y hoy ofrece una de las vistas más bellas de la región

Las murallas de Provins, que aún se pueden recorrer, abrazan la ciudad alta y conservan el eco de su pasado glorioso, cuando era una de las ciudades más respetadas de toda Europa.

El punto culminante de la visita es la Colegiata de Saint-Quiriace, una joya gótica con toques románicos que, desde lo alto de Provins, deslumbra con su cúpula majestuosa y su interior bañado de luz blanca.

Y cuando creas haberlo visto todo, no dejes de bajar hasta el jardín Garnier, un rincón encantador de épocas más recientes, ideal para descansar y disfrutar del paisaje. En la ciudad baja, las pequeñas iglesias de Saint-Ayoul y Sainte-Croix también guardan su propia magia y merecen una visita.

Así que… ¡ensilla tu caballo imaginario, ajusta tu capa y ven con nosotros a descubrir Provins, un verdadero cuento medieval a las puertas de París!

Nosotras terminamos el día con una sonrisa, imaginando historias de caballeros y princesas mientras caminamos por sus calles empedradas. Si te gusta la historia y los pueblos con encanto, te invitamos a descubrir Provins con nosotras, un verdadero cuento medieval a las puertas de París.

Compartir

Facebook
Twitter
Pinterest

Artículos Relacionados

imprescidibles
Carla Cocozza

Robo de Película en el Louvre

Este domingo 19 de octubre se produjo un espectacular robo en el Museo del Louvre de París. En siete minutos, varios individuos robaron joyas de valor “bajo” antes de darse a la fuga. Se está llevando a cabo una investigación, ya que una de las joyas fue encontrada cerca del museo.

Leer Más »
Scroll al inicio