La Ópera de París: descubriendo el Palacio Garnier y su historia
Si hoy la Ópera Garnier forma parte integrante del paisaje de la capital, su construcción es el resultado de una sucesión de idas y vueltas en el mundo de los teatros parisinos.
Es uno de los monumentos emblemáticos de la capital. Pero antes de ser un punto turístico, la Conciergerie de París fue la cuna de nuestras mayores instituciones políticas, administrativas y judiciales . Para rastrear su historia , hay que retroceder en el tiempo. Lejos, muy lejos.
Hace mil años, Hugo Capeto, rey de los francos, decidió establecer su residencia principal en París , transformando la ciudad para siempre. Se convierte en la capital del Reino. Construyó el Palacio de la Cité . Con el tiempo, el Palacio fue ampliado y embellecido muchas veces. Fue entonces cuando Felipe II decidió trasladar el archivo real a un edificio más importante. Nombra un conserje , para supervisar la administración del palacio… Dándole nombre a este monumento. Nace la Conciergerie de París .
El Palacio de la Cité, hogar de los reyes Capetos, y su Conciergerie siguen embelleciéndose a lo largo de los años. Quien marca para siempre su historia arquitectónica es Philippe Le Bel . Bajo su reinado, entre 1285 y 1314, se construyeron las inmensas y magníficas salas góticas de la Conciergerie . Hoy en día, son testigos del desarrollo artístico del París del siglo XIV y de la magnificencia de la primera residencia parisina de los reyes de Francia.
Es precisamente y ya siendo la Conciergerie, como el palacio queda firmemente asentado en la historia de Francia y en la mente de los franceses y es así como es una visita muy interesante para los amantes de la historia y para quienes sin serlo se sientan fascinados por los lugares en los que pervive la historia. Su momento estelar, sin duda, fue la Revolución Francesa aquí esperaban los condenados la guillotina en la Plaza de la Concordia y es entonces como se la empieza a reconocer como una auténtica antesala de la muerte pues pocos, muy pocos realmente, consiguieron burlar este final. Fue también en este período cuando la cárcel recibió a algunos de sus invitados más “ilustres”. Entre 1789 y 1799 aquí se ubicó el temido y terrible Tribunal Revolucionario. En la cárcel, al principio, se distinguían los presos, bueno, el dinero que tenían y con el que, aún aquí dentro, podían comprar mejores aposentos y aún mejor comida. La Revolución Francesa también pondría fin a esto y todos, ricos y pobres, dormían en el suelo y en las peores condiciones imaginables.
En los 718 en los que función el tribunal, fueron aproximadamente unos 2700 los reos ajusticiados. Uno de los puntos que hoy hace más atractiva la visita es precisamente el paso que dejó aquí alguno de estos desafortunados, solo por citar algunos:
Pero, y sin querer con ello, desmerecer la historia de estos personajes, quien ocupa una parte muy importante del terror de la prisión, aún hoy, es María Antonieta.
Cuando se acaba la revolución, durante todo el siglo XIX la Conciergerie se siguió dedicando a asuntos judiciales, en 1934 dejó de cumplir con sus funciones carcelarias. Hoy en día es patrimonio de la Unesco y actualmente funciona como parte del Palacio de Justicia (Palais de Justice) y como tal continúa utilizándose para ventilar temas judiciales
Sede del poder y de la justicia real hasta la partida de Carlos V, las partes bajas del palacio son raros vestigios, con la Santa Capilla deseada por San Luis, rey de Francia en el siglo XIII.
A finales del siglo XIV se desarrolló la actividad judicial y se instalaron cárceles en la Conciergerie. Muchos prisioneros estatales están encarcelados allí. Durante la Revolución Francesa se convirtió en uno de los principales lugares de detención con la instalación del Tribunal Revolucionario . Allí están detenidas cerca de tres mil personas . Su prisionera más famosa: la reina María Antonieta . La prisión continuó funcionando hasta 1934.
Hoy en día es un monumento muy visitado . En 2022, la Conciergerie recibió más de 450.000 visitantes. Un año más, los curiosos podrán descubrir una magnífica exposición. “ París, capital de la gastronomía ” presenta siglos de historias gastronómicas. Las instalaciones inmersivas le permiten sumergirse en el París de antaño.
La conciergerie es un monumental y soberbio ejemplo de la arquitectura medieval levantado en París por los Capetos que, de esta manera, hacían valer su poder ante los feudales. Sin embargo esta arquitectura medieval, este aspecto defensivo ante invasores, tiene todos los rastros de las sucesivas modificaciones que operarían en el tiempo sobre el. Felipe el Hermoso es quien lo convierte en una de las residencias más importantes de la Europa del momento. La Salle de Gens d’Arms, por ejemplo, es fruto de la remodelación de este monarca.
Juan el Bueno fue otro de los reyes que llevaron a cabo profundas reformas en el Palacio. Pero si algo destaca y llama la atención en esta arquitectura son sus cuatro torres:
Aquí, en la torre del reloj, fue donde se colocó el primer reloj público de Francia. Se construyó en el año 1350 y fue reemplazado por el reloj que construyó German Pilon en el año 1585. Aún permanece en funcionamiento.
La referencia al inmortal general recuerda la presencia romana
Es gemela de la anterior y su nombre también se relaciona con su sentido ya que aquí era donde se guardaba el tesoro de la corona.
Es la más antigua y la más dramática pues aquí se obtenía la confesión de los presos…si, si la tortura era la marca de la casa.
Nuestra visita al interior de la prisión es posible que esté, al menos en un primer momento, guiado por su papel sangriento y lúgubre y por los personajes que vivieron aquí el tormento de sus últimos días. Todo esto lo podemos preciar visitando, sobre todo las celdas de los desafortunados, la llamada Galería de los Prisioneros. Esta galería, además, se abre por medio de ventanas a la llamada Plaza de las mujeres, que era la plaza por la que podían pasear los presos. Es inevitable centrar la atención y los esfuerzos a la celda de María Antonieta, realmente esta tuvo dos, una de dimensiones y formas humildes en la antigua sala de reunión de los carceleros y otra, aún más humilde, en la que solo un biombo la separaba de sus vigilantes. Por obra y voluntad de Luis XVIII la celda de María Antonieta, fue transformada en la capilla que es ahora y que podremos visitar.
Pero aún queda mucho por ver en el interior de la Conciergerie y, ya que estamos de visita, no perdamos la ocasión de escudriñar sus diferentes historias. La sede del Tribunal Revolucionario fue el Gran Salón, cuya antecámara era el Pabellón de Guardia, y que hoy es la Sala de los pasos perdidos del Palacio de Justicia.
El inmenso pabellón de los soldados daba apoyo a las más de 2.000 personas que, en el origen del “Palais de la Cité” estaban al servicio del rey. El antiguo Pabellón de Guardia fue la parte que, durante la Revolución y por la avalancha de detenidos se remodeló y se convirtió en numerosas celdas.
La capilla con la que nos vamos a encontrar, “La Capilla de los Girondinos”, pese a su nombre ya estaba aquí en la Edad Media y como este lugar no podía ser ajeno a la leyendas que toda historia plegada en sus maletas, se dice que fue en esta capilla en la que los 21 girondinos condenados a muerte esperaron, durante la noche del 29 al 30 de octubre, el momento de la ejecución.
Si hoy la Ópera Garnier forma parte integrante del paisaje de la capital, su construcción es el resultado de una sucesión de idas y vueltas en el mundo de los teatros parisinos.
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